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El cordón umbilical capta la atención de más científicos que buscan curas: investigadores de la diabetes tipo 1, artritis y parálisis cerebral evalúan células madre en sangre de cordón

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Los investigadores ven un nuevo potencial para el uso de la sangre de cordón umbilical de recién nacidos para el tratamiento de diversas enfermedades. Los trasplantes de sangre rica en células madre ya se han convertido en tratamientos que salvan las vidas de pacientes con ciertos tipos de cáncer y trastornos de la sangre, pero estos estudios se centran en una amplia variedad de enfermedades.

Los científicos están investigando si la sangre y los tejidos de cordón pueden tratar ciertos trastornos autoinmunes, como la diabetes tipo 1 y la artritis reumatoide, así como también enfermedades cardíacas congénitas y parálisis cerebrales. Expertos advierten que se necesitan más estudios para comprobar si la sangre de cordón es segura y efectiva para estos usos, pero algunos ya ven los primeros signos de esperanza.

“Los datos iniciales parecen ser muy prometedores con relación a que esta puede ser una nueva fuente útil de células que posiblemente beneficiará a una mayor cantidad de personas”, dijo John Wagner, profesor de Pediatría y director del programa de trasplante de médula ósea y sangre de la Universidad de Minnesota.

La sangre de cordón se encuentra en la placenta y en el cordón umbilical de los recién nacidos. Además, contiene células madre, células de uso general, que pueden multiplicarse y generar más células especiales.

Las células madre hematopoyéticas, similares a las células madre que se encuentran en la médula ósea, son una de las áreas de interés de los investigadores. Los trasplantes de sangre de cordón reponen las células madre hematopoyéticas destruidas por la quimioterapia y la radiación que reciben personas con leucemia, linfomas y otras enfermedades. Desde el primer procedimiento informado en 1988, se han realizado más de 30.000 trasplantes de sangre de cordón.

La sangre de cordón puede extraerse sin riesgos para la madre o para el niño, y puede congelarse y almacenarse por muchos años. La médula ósea se debe extraer de un donante por medio de un procedimiento invasivo. Ha sido la opción estándar para los trasplantes de células madre, pero la sangre de cordón se ve cada vez más como una alternativa factible en ciertos casos. “Es algo desechable que nos regala la naturaleza”, dijo William Shearer, profesor de Pediatría e Inmunología en Baylor College of Medicine. “Es un recurso renovable. Es gratuito, ¿por qué no usarlo?”.

La sangre de cordón no tiene que tener una compatibilidad exacta como la médula ósea, lo cual permite donaciones de personas que no son familiares de los receptores.

El Dr. Wagner también observa aplicaciones más amplias de sangre de cordón para enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmunológico ataca erróneamente tejidos sanos. Entre ellas podrían incluirse la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple y enfermedades intestinales inflamatorias.

Los estudios de este enfoque en humanos han sido limitados. Algunos descubrieron que trasplantarles a niños con diabetes tipo 1 su propia sangre de cordón era un método seguro, pero incapaz de detener en gran medida el avance de la enfermedad. Otro estudio demostró que la técnica revirtió la diabetes en ratones, pero a menudo es difícil repetir los resultados de estudios de animales en humanos. Hay en curso otros estudios de diabetes tipo 1 en humanos.

Timothy Nelson, médico en la Mayo Clinic de Rochester, Minnesota, está evaluando si la inyección de células madre de sangre de cordón puede ayudar a reconstruir el músculo cardíaco en niños que nacen con una cardiopatía congénita llamada síndrome del corazón izquierdo hipoplástico. La enfermedad deja a los bebés sin una cámara de bombeo del lado izquierdo del corazón.

El Dr. Nelson está investigando si la inyección de células madre de sangre de cordón puede fortalecer la cámara del lado derecho. Las células madre se extraen de la sangre de cordón del mismo niño y se deposita en bancos luego del nacimiento. La hipótesis es que las células madre podrían estimular la reparación de tejidos en el corazón.

Otra posible aplicación de la sangre de cordón es la parálisis cerebral. El trastorno motor y muscular es provocado por una anomalía en el desarrollo cerebral, la cual a menudo proviene de una lesión antes o cerca de la fecha de nacimiento de un niño. Joanne Kurtzberg, quien está a cargo del programa pediátrico de trasplante de médula ósea y sangre en Duke University Medical Center, está realizando un ensayo para investigar si la infusión intravenosa de sangre cordón alivia los síntomas de la parálisis cerebral en pacientes pediátricos, por medio del uso de su propia sangre de cordón depositada en bancos al momento del nacimiento. Un estudio anterior demostró que el método era seguro, pero el estudio en curso está diseñado para comparar la eficacia de la sangre de cordón con un placebo.

Los bancos públicos de sangre de cordón se han establecido en todo el país a fin de recibir sangre de cordón donada, la cual se utiliza en trasplantes para pacientes no familiares. Las unidades de sangre de cordón donadas constituyen la gran mayoría de los trasplantes realizados hasta el momento. Más de 200 hospitales participan de forma activa en la extracción de sangre de cordón de bebés con el consentimiento de las madres y, en algunos casos, la sangre de cordón de bebés que nacen en hospitales no participantes puede extraerse en un kit y enviarse a bancos públicos.

Algunos padres deciden pagar tarifas de aproximadamente $2000 por adelantado y más de $100 por año para el almacenamiento de la sangre de cordón de sus bebés en bancos privados con fines de lucro, con el fin de usarla para el bebé o para miembros de la familia en caso de que surja una enfermedad tratable con sangre de cordón. No obstante, el uso de sangre depositada en bancos privados para trasplantes ha sido relativamente bajo hasta ahora. Incluso expertos dicen que la probabilidad de que un recién nacido necesite su propia sangre de cordón para el tratamiento de una enfermedad es baja.

La Academia Americana de Pediatría recomienda que las donaciones de sangre de cordón a bancos públicos deberían fomentarse y que las donaciones a bancos privados deberían disuadirse en la mayoría de los casos.

El Dr. Shearer, co-autor de la política, dice que la sangre de cordón puede ayudar más a otras personas que la necesitan para un uso probado, mientras que el uso de sangre de cordón en bancos privados es improbable. Esto podría cambiar con el tiempo si se comprueba la efectividad de algunos nuevos usos experimentales.

Cord Blood Registry, operador con fines de lucro de un banco de sangre de cordón privado, ha proporcionado unidades de sangre de cordón para tratamientos médicos establecidos y experimentales, comentó el Director Ejecutivo Geoff Crouse.

Crouse dijo que algunas familias elijen las donaciones a bancos privados para que luego sus bebés u otro familiar puedan usarlas, con lo cual se asegurarían de una compatibilidad exacta o aproximada en el caso de la necesidad de un trasplante de sangre de cordón.

Una limitación de la sangre de cordón es que en general cada unidad donada contiene una cantidad relativamente baja de células utilizables. Como resultado, se han utilizado principalmente en trasplantes para pacientes pediátricos o adultos jóvenes; además, hay evidencias de la posible efectividad del uso de dos unidades de sangre de cordón de dos bebés diferentes en un adulto.

Jennifer Jones Austin, 45, recibió un trasplante de células madre de dos bebés en el 2010, luego de haberse sometido a quimioterapias y radiaciones para tratar una leucemia mieloide aguda. Líder de una organización sin fines de lucro de Nueva York, había intentado buscar una compatibilidad apropiada para un trasplante de médula ósea sin éxito, entonces los médicos recurrieron a la sangre de cordón.

Tuvo una difícil recuperación durante los primeros meses luego del trasplante, pero ahora está viviendo sin cáncer.

Se ha reincorporado a su trabajo de tiempo completo y ha asumido un puesto voluntario como co-presidente del equipo de transición del nuevo alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. Además, se ha incorporado al Consejo Directivo del New York Blood Center, que opera un banco de sangre de cordón público. “Creo que esas son buenas señales de que volví a la rutina”, dijo.

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